PATRICIA PELLEGRINI
AMILCAR Y CARLOS ALONSO
AMILCAR
Páginas: 56
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Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789872674618
Estado: Nuevo
La obra de un artista tiene vida propia; sus propios reglas.
En ese universo, habitan formas, trazos, colores, junto con datos de la realidad, tamizados y reinventados por su mirada. En el mundo de Carlos Alonso los niños forman parte del concierto general de su obra, marcada por un sentimiento trágico de la vida, de las desigualdades, de las inequidades. Su recorrido por la infancia no constituye una galería de retratos amables: está inmersa en situaciones que golpean su conciencia social y moral. Desde Aquí no hay luz, 1963, o la terrible pareja en Carnicero, 1 y 2, 1965, donde el niño y la res que a duras penas carga sobre sus espaldas, forman una mole opresiva; hasta el desgarro desolador que trasmiten los de Manos anónimas, 1984-1986, la tan mentada 'inocencia' de la niñez es doblemente castigada. A veces, es cierto, los hace irrumpir en Casa Tomada, en múltiples versiones, porque su amado Vincent van Gogh soñó un sueño imposible que dejó escrito a su hermano Theo, el de ese solitario cuarto amarillo en Arles habitado por una mujer y una cuna de bebé. Y entonces, Alonso se apropia del cuarto y lo llena de niños, niños traviesos, terribles, curiosos; niños que juegan.