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Descripción

AGUSTINA LYNCH, DIEGO BARLETTA
LA VACA EN SU HAMACA
EL ATENEO

Páginas: 36
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874270047
Estado: Nuevo

Llevar a los chicos a la cama es una tarea compleja que demanda tiempo: veinte minutos a media hora "por las buenas" con un adulto entregado a acompañarlos, o mucho más que eso con un adulto fastidiado. ¿Por qué? Porque despedirse de mamá o papá cuando sonríen y están contentos es mucho más fácil y asusta menos que desprenderse de unos padres que se perciben hartos, que no pueden disimular el deseo de ver a sus hijos dormidos, que gritan o amenazan penitencias. Lamentablemente, los chicos no tienen un botón de encendido y apagado, por lo que tenemos que encontrar la forma de que vayan entregándose al sueño. Muchas veces ellos luchan contra eso, porque dormir implica dejar de jugar, dejar de estar con papá y/o mamá y soltar amarras. Y, justamente, al estar quietos y callados en la cama se les vienen a la cabeza ideas, deseos, que pueden asustarlos y que durante el día quedaban fuera de sus mentes porque estaban entretenidos haciendo, jugando, viendo tele. Además, durante el día están al cuidado de algún adulto (mamá, maestra) que los protege de esos deseos y pensamientos que asustan; en cambio, a la noche quedan solos en sus camas con un mundo interno difícil de dominar al ir relajando controles y soltando amarras, lo que es indispensable para poder dormirse. Este libro, con la simpática vaca Paca que se hamaca y va relajando de a poco las distintas partes de su cuerpo, viene a ayudar a padres en el proceso de que sus chicos se queden dormidos. Los llevamos a la cama: un rato de charla; un rato de mimos; si no se hizo tarde, un cuento; alguna canción relajante (eventualmente, rezar), y a sumergirse, con una luz tenue, como propone la autora, en la historia de Paca. La primera vez, mirando las imágenes y, si con eso no alcanza, simplemente dejándose acunar por esas frases recitadas por mamá en voz baja. Como ocurre con muchas canciones y diversos juegos para los más chiquitos, las repeticiones les fascinan porque les dan seguridad, saben lo que viene y eso les permite disfrutar más. Si a esto agregamos la técnica de relajación implícita en el cuento, tenemos una fórmula imbatible para acompañar a los más chiquitos en el proceso de quedarse dormidos. ¡Gracias, Agustina, por este libro maravilloso! Maritchu Seitún